
En un principio se trataba de la silueta de un hombre escribiendo sentado sobre el piso de madera, usando el reflejo azulino de la pantalla del televisor como iluminación, percibiendo melodías difusas, ignorando el pasar de los videos; sintiendo la dureza de la madera bajo su delgado pantalón de pijama, percatándose del canto de un ave fuera de la habitación, escuchando el tic-tac del reloj de la biblioteca,...