20130627

La víbora



La víbora (serpentina o reptiliana) es un animal de dos piernas rasposas, filudas, de esas que de rozarlas generan úlceras automáticas. Tiene pechos escamosos y secos -poco apropiados para la maternidad- y a ratos se puede apreciar su curvilínea figura zigzaguear sin necesidad de reptar o desplazarse de manera alguna. Se dice que se debe a su mala postura, reforzada por una crianza torcida. 
Lleva generalmente un semblante pálido como la muerte misma, un rostro desdichado o duro -,o quizás ambas. Y aunque se lave la dentadura con su aparente predilección por la justicia, sus ojos chispean una hipnotizante locura capaz de distorsionar todo su entorno natural, volviéndolo denso y asfixiante. Incorregible. Altamente corrosiva si es que no, venenosa. La tergiversación es uno de sus métodos más comunes de cazar, así que aléjela de los niños, porque porta igualmente un virus que trasciende generaciones. ¡No vaya a querer un tataranieto venenoso! 
Aléjese usted también, menos se haga el valiente ni tampoco el paciente, ambas virtudes son devoradas de forma humillante por sus fauces reptiloides. 
Por suerte para algunos y de acuerdo a estudios recientes, esta descarada y desalmada criatura tiene el potencial de morir en su propia ley. Ruegue a su dios que así sea.




Leer más...

20130616

En voz bajita


Era ternura por sobre todas las cosas. 












La noche murmuraba un aullido de perros perdidos en las calles anónimas, tronaba sumisa por el viajar de un avión en el lejano cielo, y susurraba el cuchicheo de unas siluetas que se camuflaban en la oscuridad. Era una sombra y una sombrita pegadas a un cálido abrazo con el que sellaban el fin de las aventuras, las mañas y las sonrisas de un buen fin de semana. Eran dos figuras que acariciaban así, el suave arrullo de las voces de la ciudad, en calma, con sueño y en voz bajita.
 


- Buenas noches, mi amor.
- Buenas noches, papá.





A mi hermosa hijalola.








Leer más...