20130616

En voz bajita


Era ternura por sobre todas las cosas. 












La noche murmuraba un aullido de perros perdidos en las calles anónimas, tronaba sumisa por el viajar de un avión en el lejano cielo, y susurraba el cuchicheo de unas siluetas que se camuflaban en la oscuridad. Era una sombra y una sombrita pegadas a un cálido abrazo con el que sellaban el fin de las aventuras, las mañas y las sonrisas de un buen fin de semana. Eran dos figuras que acariciaban así, el suave arrullo de las voces de la ciudad, en calma, con sueño y en voz bajita.
 


- Buenas noches, mi amor.
- Buenas noches, papá.





A mi hermosa hijalola.








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