20100606

Desde la lejanía


Deseé tocarla y tener una edad más semejante...
...Woody Allen me entendería.



Luego de ella, ninguna otra presencia se pegó a mi lujurioso viaje de exploración. Pequeña de alturas, pero lo suficientemente visible como para apreciar la experiencia estética que transmitía aquella combinación de superficies bien espatuladas. Ninguna otra existencia tenía esa rosada lisura, que se sentía como un baño de ternura sobre la piel, incluso desde el otro extremo de aquel insípido vagón de metro. Nadie más gozaba de esa perfecta mezcla de labios carnosos y frutales, tan nutritivos y vitalizadores como el aliemento más completo del día. Nadie más avergonzaba con esos ojos pequeños, inconscientes y adelantados a su época. Y aunque su cuerpo se encontraba lejos del período de la cosecha, aun así florecía edénicas primaveras... Era una mujer realmente hermosa.

Para mi triste suerte, tenía un sólo defecto, ya cargaba mil surcos agotando mi marchitada vida.


2 comentarios:

  1. un eufemismo gigante diría yo.
    (y me gusta muchísimo, sobre todo esto: "superficies bien espatuladas")

    ResponderEliminar