20110716

Tragaluz

Cuando la lluvia se acabó, el silencio lo aprisionó hasta remarcarle con mayúsculas sobre su pellejuda piel, el vacío de ese cuartucho mal parido, lleno de noche parca y una luz frívola nacida de la internet. Era hora de dormir, pero Owylrgghjyypab no quería caminar a esa nostalgia congelada llamada cama. ¿Para qué? Ahí no se duerme, ahí se llora, y Uygrssvljeatfb no quería siquiera gimotear, mucho menos apagar la máquina. Mejor permanecer postrado en la silla, ahí se sentía conectado con su realidad copypasteable, editable, borrable y reinstalable. Ahí podía imitar un gran avance.
 Pero llegaba la hora de tener que asumir que el tiempo arratra hasta al más fuerte de los guiness a dormir, la modorra se acercaba como marea suave para retirarse del mismo modo a lo más produndo de la mar antes de volverse tsunami. Hasta que maremoto, tormenta, culpa y lágrimas lo inundaron todo, arrasando el cuarto que alguna vez protegió de la lluvia a sus amores, devorando ropas, maquillajes, pañales, fotos y peluches. 
La noche lloraba con más rabia, arrepentida por tener el deber de seguir mojándolo, maldiciendo esa terrible destinación astral. Descargando sus iras y sus aprensiones sobre la triste metáfora de un sabio a salvo. 
Wrihjhgjgksh bajó la vista y se escondió bajo el agua hasta ahogarse. 
Hasta que el silencio lo derrotó...




 (SILENCIO)






... Emborrachado, se incorporó entre temblores y duras penas. Hkgkjyejbk no sabía si eso era estar lúcido, pero se asimilaba más débil y más delgado que nunca. Sus huesos y sus arrugas no parecían mentir esta vez. Aún así, eso no significaba que se había despojado todo, pero creyó sentir algo cálido y nítido quemándole la piel, arriba y afuera, tan lejos y cerca como su vista lo podía atrapar. Era algo grande, misceláneo y verdadero. Era algo tan evidente que debió descifrarlo más allá del tragaluz.


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